
Harry Mattison. Después de la explosión de una bomba cerca de la Catedral, la gente trata de evitar ser pisoteada, marzo 30, 1980.
En la naturaleza humana se encuentra el sentido de supervivencia, y de alcanzar una autorrealización, pero, ¿A pesar de qué o quién? ¿Quien realmente alcanza la autorrealización sin vivir de cerca la opresión?
En la integración del ser humano como ser biopsicosocial, se tiene ese sentido de pertenecer a una sociedad, de saber que formamos parte de un sistema, que no nos lastima y que por el contrario protege nuestros intereses y nuestra integridad.
¿Existirá este sistema? Actualmente en Latinoamérica carecemos de un sistema preocupado por el pueblo, por las mayorías, estas mayorías que procuran existir y pertenecer a pesar de los conflictos que envuelven su entorno.
Desde que accesan a su memoria se topan con recuerdos de una historia marcada por innumerables sucesos de violencia, conflicto y opresión.
Por esto, es importante recordar, por más doloroso que sea el recuerdo, siempre nos será útil recordar. Remitirnos a recordar es volvernos a la historia, la memoria misma es en sí la misma historia. Voltear nuestra vista hacia el pasado, nos permite reflexionar sobre lo que hubo, lo que ya fue y que no se puede modificar, sobre aquello que ahí está, y no se moverá. Aquellos componentes históricos que constituyen nuestra actuación en la vida.
Esto nos hace ver los tiempos en los que nos desempeñamos como seres humanos, el pasado, presente y futuro. Muchos dicen que el futuro es incierto, pero el pasado también lo es, no tenemos la certeza que lo que está en él, es lo que realmente sucedió, pero finalmente está ahí, para que cada vez que necesitemos, lo recuperemos. Para que hagamos memoria de lo históricamente sucedido, con el fin de que la historia no se vuelva
a repetir y que cada vez que accedemos a ella, nos permita retomar estos acontecimientos para que de cierta manera repare las heridas que nos ha dejado la realidad de Latinoamérica.Para que se construya una nueva historia, distinta y libre de víctimas, opresión y héroes que no lo son, personajes que se han modificado para contarnos una historia falsa, una historia que no nos lleva a ningún lado, solo a re victimizar a quienes no lo padecieron, a ensalzar a quienes no lo merecieron y a justificar hechos repugnantes.Recuperar la memoria histórica, es algo que nos compete a todos como pueblos, ya que no es solo recuperarla es también la reconciliación con los eventos del pasado. Volver a ella es reconciliarnos con ella, es verla fríamente desde otra perspectiva diferente a quienes la vivieron. Los familiares de las víctimas, (desaparecidos), las mayorías que han sido víctimas y que en la actualidad lo seguimos siendo debido a la guerra, la injusticia y la opresión que se vive en nuestros países latinoamericanos. Son o somos quienes necesitamos recuperar la historia tal cual sucedió en nuestros pueblos, y de esta manera tener una "memoria responsable" como lo denomina (Jedloswki, 2000; Vázquez, 2001).
Entonces recuperar la memoria histórica se convierte también en una lucha, en una guerra, que ganarla implica el acceso a la realidad de nuestro país, el derecho a conocer lo que realmente sucedió. Ver con claridad lo que realmente padecieron nuestras víctimas.
En la naturaleza humana se encuentra el sentido de supervivencia, y de alcanzar una autorrealización, pero, ¿A pesar de qué o quién? ¿Quien realmente alcanza la autorrealización sin vivir de cerca la opresión?
En la integración del ser humano como ser biopsicosocial, se tiene ese sentido de pertenecer a una sociedad, de saber que formamos parte de un sistema, que no nos lastima y que por el contrario protege nuestros intereses y nuestra integridad.
¿Existirá este sistema? Actualmente en Latinoamérica carecemos de un sistema preocupado por el pueblo, por las mayorías, estas mayorías que procuran existir y pertenecer a pesar de los conflictos que envuelven su entorno.
Desde que accesan a su memoria se topan con recuerdos de una historia marcada por innumerables sucesos de violencia, conflicto y opresión.
Por esto, es importante recordar, por más doloroso que sea el recuerdo, siempre nos será útil recordar. Remitirnos a recordar es volvernos a la historia, la memoria misma es en sí la misma historia. Voltear nuestra vista hacia el pasado, nos permite reflexionar sobre lo que hubo, lo que ya fue y que no se puede modificar, sobre aquello que ahí está, y no se moverá. Aquellos componentes históricos que constituyen nuestra actuación en la vida.
Esto nos hace ver los tiempos en los que nos desempeñamos como seres humanos, el pasado, presente y futuro. Muchos dicen que el futuro es incierto, pero el pasado también lo es, no tenemos la certeza que lo que está en él, es lo que realmente sucedió, pero finalmente está ahí, para que cada vez que necesitemos, lo recuperemos. Para que hagamos memoria de lo históricamente sucedido, con el fin de que la historia no se vuelva
a repetir y que cada vez que accedemos a ella, nos permita retomar estos acontecimientos para que de cierta manera repare las heridas que nos ha dejado la realidad de Latinoamérica.Para que se construya una nueva historia, distinta y libre de víctimas, opresión y héroes que no lo son, personajes que se han modificado para contarnos una historia falsa, una historia que no nos lleva a ningún lado, solo a re victimizar a quienes no lo padecieron, a ensalzar a quienes no lo merecieron y a justificar hechos repugnantes.Recuperar la memoria histórica, es algo que nos compete a todos como pueblos, ya que no es solo recuperarla es también la reconciliación con los eventos del pasado. Volver a ella es reconciliarnos con ella, es verla fríamente desde otra perspectiva diferente a quienes la vivieron. Los familiares de las víctimas, (desaparecidos), las mayorías que han sido víctimas y que en la actualidad lo seguimos siendo debido a la guerra, la injusticia y la opresión que se vive en nuestros países latinoamericanos. Son o somos quienes necesitamos recuperar la historia tal cual sucedió en nuestros pueblos, y de esta manera tener una "memoria responsable" como lo denomina (Jedloswki, 2000; Vázquez, 2001).
Entonces recuperar la memoria histórica se convierte también en una lucha, en una guerra, que ganarla implica el acceso a la realidad de nuestro país, el derecho a conocer lo que realmente sucedió. Ver con claridad lo que realmente padecieron nuestras víctimas.
Este acceso a la memoria histórica, a la verdad y a la claridad de lo que se ha vivido finalmente posibilita la salud mental, tanto individual como colectiva. Un pueblo sano, una sociedad sana y un sistema sano.